lunes, 18 de mayo de 2020

AHORA A CUIDARNOS.

Por Roberto Martínez Torres (RMT)

Desde hace un tiempo, las principales organizaciones que agrupan el comercio organizado en la Republica Dominicana, muy especialmente la Federación Dominicana de Comerciantes que lidera el Ing. Iván García, venían demandando la apertura del comercio formal en medio de la situación, lo que desde mi punto de vista, siempre me pareció una posición sensata y en varias reuniones a las que asistí siempre hice el planteamiento de que solo teníamos que guiarnos de la experiencia de las grandes cadenas de tiendas, supermercados y de los bancos, los cuales habían permanecido abiertos y ninguno reportaron ni empleados, ni clientes que hayan sido infectados del COVID-19 en sus instalaciones.

Otro beneficio que identifiqué para justificar la apertura del comercio era la ampliación de la oferta, lo cual necesariamente, al crear una descentralización le daba la oportunidad a los consumidores de dispersarse y poder adquirir diferentes tipos de productos y servicios en distintos lugares, creando un efecto positivo y reduciendo la aglomeración en los pocos negocios abiertos.

Llegamos a sugerir inclusive la apertura de todas las sucursales bancarias, para de esa forma eliminar las grandes filas en las pocas que estaban abiertas, pues el peligro, es la cercanía física de las personas y eso es lo importante de evitar, que mejor que darle la oportunidad a los consumidores de tener más lugares disponibles para satisfacer sus necesidades cotidianas.

Después del discurso del Honorable señor Presidente este recién pasado domingo 17, es un hecho que se va a reactivar la economía, que por fin los tan anhelados reclamos de los comerciantes a nivel nacional de que se les permita abrir sus puertas y reiniciar sus actividades han sido escuchados y podremos volver al trabajo, pero, eso tiene un costo, no simplemente material, si no que el éxito de la apertura de nuestros negocios, representa un reto, una responsabilidad y sobre todo un alto grado de civismo, debemos, es más estamos obligados a respetar estrictamente los protocolos, a cuidarnos y cuidar a los clientes y usuarios de nuestros servicios, pues de lo contrario no habrá valido de nada el esfuerzo, pues un retroceso es peor que haber permanecido cerrados. AHORA A CUIDARNOS.

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