Por. Roberto Martínez T.
Estimados todos, la República Dominicana ha sido convocada por un hombre que no tiene aspiraciones continuistas, por un presidente que de manera unilateral y sabia ha decidido enajenarse del derecho de ser elegido una vez más, en ese sentido, en su discurso de toma de posesión este pasado 16 agosto ha dicho, (…creo que no hay mayor acto que un gobernante pueda hacer para fortalecer la democracia, que autolimitarse en el ejercicio del poder…haciendo honor a nuestro compromiso y siendo fieles a nuestras convicciones, solo usaremos esa mayoría en beneficio del país y de la democracia… para introducir en nuestra Constitución el blindaje que imposibilite que ningún gobernante en el presente ni en el futuro pueda eternizarse en el poder más allá́ de los dos periodos que hoy contempla nuestra Constitución… )
Esto convierte al presidente Abinader en un individuo solo con vocación de trascendencia, porque en estas circunstancias que él mismo ha creado, vemos claramente que su aspiración más sublime, más excelsa es la de legar a la República Dominicana el trabajo que nunca se ha realizado, solo orientado al bienestar social y excluido de cualquier ambición personal.
En una ocasión escuché al Dr. Mario Alonso Puig decir que el pasado se asemeja a un agujero negro, nada ni nadie que cae o se detiene en él puede escaparse, lo absorbe absolutamente todo, te quita la posibilidad de concentrarte en el presente.
Luis Abinader acaba de marcar un inicio, de aquí en más, nos ha llamado a olvidar los rencores, olvidar los desaciertos que se cometieron en el pasado, ajenos y propios, ha resaltado a viva voz en la Asamblea Nacional …El futuro de los dominicanos es solo nuestro y lo decidimos entre todos.
Con estas palabras el Presidente ha marcado el paso para iniciar una nueva República Dominicana, un país lleno de oportunidades para todos, una nueva nación llena de opciones para todos, pensando en el futuro, pero consciente de que solo un buen presente puede garantizar un mejor mañana, en ese sentido, ha decidido lanzar un sin número de reformas que hace tiempo que este país necesita pero qué el populismo, la desgracia de ese fenómeno han prorrogado de manera recurrente, solo en detrimento de los mejores intereses del país, sobre todo, de los intereses de La Paz Social y el Bienestar Colectivo. En su discurso. Es mucho lo logrado en estos últimos 4 años de modernización y avances de nuestro país, pero estamos solo ante el inicio del ambicioso plan de reformas que seguirán cambiando esta nación.
Hoy, estamos convocados a respaldar de manera unánime, sin mezquindades, sin colores, sin banderías, sin ideologías retrógradas este paso de avance, esta concentración en el presente que ha propuesto el presidente Luis Abinader. Reforma Constitucional, Laboral, Fiscal y de la Seguridad Social entre otras.
sólo me resta decirles que, el tren del verdadero desarrollo y progreso en la República Dominicana está en la estación dispuesto a salir, probablemente salga antes de lo esperado y el destino está claro. ¡Venciste Patria! ¡Por fin prosperamos! Gracias a nuestro esfuerzo colectivo, ¡por fin alcanzamos el desarrollo!
Es decisión de cada uno de nosotros si abordamos ese tren o nos quedamos en la estación del pasado cual Penélope esperando el regreso de quien nunca ha de regresar, porque de acuerdo con el poeta Khalil Gibran, la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
¡Que viva la República Dominicana!