POR:
ROBERTO MARTINEZ TORRES
“El 20
de junio de 1789, tres días más tarde de que se hubiese constituido la Asamblea
Nacional, fue ésta a reunirse en la Sala des Menus y, encontrándose la puerta
cerrada, los asambleístas pasaron a la de leu de Paume, donde Jean-Sylvain Bailly (1736-93) les conjuró a que no se separaran hasta que se hubiese concedido una
Constitución a Francia. El día 23 Luis XVI declara que todas las decisiones que
tome la Asamblea reunida ilegalmente serán anuladas y ordena que se retiren sus
diputados. Cuando Luis XVI se aleja, el gran maestro de ceremonias, marqués de
Dreux-Brezé, les dice a los diputados: «¿No han entendido lo que les ha dicho
el rey?» Bailly contesta: «La nación
reunida en Asamblea no puede recibir órdenes».”
El otro día mi
estimado amigo Carlos Rodríguez publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente “Los
Legisladores dominicanos son de infantería”, yo que no manejo el lenguaje
militar le pedí que me explicara y él con su “humildad” característica y vocación
de maestro, me dijo LOS DE INFANTERIA SOLO OBEDECEN ORDENES.
Frente a tan grave
aseveración, mi instinto de profesor de Historia de las Ideas Políticas, me
condujo a la Revolución Francesa y retumbó en mi cabeza aquella fascinante
actitud de Bailly, el 20 de junio de 1789, “la nación reunida en
asamblea no puede recibir ordenes”, esa es la esencia,
motivo y razón de ser de una cámara de representantes.
Los diputados y
senadores, representan el contrapeso del poder que el soberano ha delegado en
un hombre para que administre la cosa publica en beneficio de todos, de ahí que
jamás pueden ser subalternos de dicho hombre, y de ser así, entonces la razón
de su existencia es nula, por ser contraria a los postulados y principios que
nos rigen.
Somos una republica, democrática
y representativa, pues el poder del pueblo se delega en hombres y mujeres que
nos representan, pero si esos hombres y
mujeres forman una asociación de beneficiarios del poder y se ponen de acuerdo
con los demás poderes del estado para maltratarnos, su legitimidad cesa y así
como el pueblo los pone, los puede quitar, aunque esto signifique sacrificio,
sangre, sudor y lagrimas.
Me niego a creer que
nuestros legisladores son de infantería, prefiero vivir en la ilusión de que
ellos toman decisiones, digo refrendan las cosas que les manda el ejecutivo, en
ejercicio de su libre determinación, porque saben cosas
que nosotros no y según ellos son lo mejor para todos los dominicanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario